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IoT

05 de enero de 2024

El camino para la integración de una óptima estrategia IoT

  • El Internet de las Cosas se refiere a un sistema en que los objetos físicos están interconectados entre sí a través de la red
  • Establecer un plan de integración con un enfoque integral es vital para implementar el IoT adecuadamente
  • Deben implementarse medidas de seguridad robustas, como el cifrado de extremo a extremo y la autenticación de doble factor, conforme más dispositivos estén interconectados
  • Las evaluaciones periódicas de todo lo que una empresa haya montado en materia de IoT son absolutamente indispensables para evitar que un entorno activo y seguro pase a ser un sistema caduco

Planificación estratégica para IoT en empresas

Una de las manifestaciones más interesantes del avance tecnológico en el siglo XXI es la incorporación de nuevas funcionalidades red a objetos de todo tipo. En un hogar, por ejemplo, podemos encontrar altavoces, electrodomésticos, termostatos, luces y cámaras de seguridad conectados entre ellos a través de internet. De esta manera, almacenan y comparten datos y pueden ser operados a distancia desde un mismo dispositivo de control. A este sistema en el que los entes físicos disponen de tecnología de interconexión se le llama Internet de las Cosas o IoT, por sus siglas en inglés (Internet of Things). La aplicación de este, como es de esperar, está arraigándose también en el ámbito empresarial.

Integrar una estrategia exitosa de IoT en una compañía es un proceso que merece atención y diversas consideraciones. Antes de elegir dispositivos o establecer conexiones, es fundamental definir claramente los objetivos que se desean alcanzar con la implementación del sistema. Esto puede incluir potenciar la eficiencia operativa, reducir costes, mejorar la experiencia del cliente o desarrollar nuevos modelos de negocio. Por lo tanto, la primera palabra clave en el proceso es planificación, pues aquellas marcas que no planifiquen se exponen a riesgos evitables, como sufrir operaciones disruptivas o exponerse a amenazas para la seguridad. Lo que hay que evitar en este sentido es que la entidad se vea abrumada por la complejidad de la integración del IoT.

Un buen paso para anticiparse al descontrol y poner en marcha un plan eficiente es la creación de un Centro de Excelencia o COE (Centre of Excellence) dentro de la organización. De esta manera se dispone de una unidad centralizada capaz de formular una estrategia adaptada a las necesidades específicas de la compañía. A partir de entonces ya es razonable centrarse en la evaluación y selección de prestaciones IoT que tengan sentido según la actividad que se realice. Las características en las que se pongan el foco son, a saber: la precisión de los sensores, su consumo de energía y la compatibilidad con los sistemas existentes (Bluetooth, Zigbee, LoRaWAN, entre otros).

Cabe destacar que una integración de IoT siempre ha de hacerse a través de un enfoque integral, es decir, teniendo en cuenta el conjunto de las operaciones de una empresa sin tratarlas como actividades aisladas. Al fin y al cabo, hablar del Internet de las Cosas también es hablar de interconectividad a nivel conceptual. Una compañía con una arquitectura técnica sólida y holística no solo implementará el sistema con más éxito, sino que logrará una mayor agilidad y capacidad de respuesta en cuanto a la gestión de las nuevas tecnologías.

Seguridad y gestión de datos en la era IoT

Conforme vaya intensificándose la adopción de IoT en una empresa, más relevancia cobrarán las cuestiones relacionadas con la seguridad. Contra más dispositivos estén interconectados, la superficie de ataque para posibles amenazas cibernéticas se ampliará proporcionalmente. Es por ello que cada dispositivo y punto de conexión afectado debe ser revisado para proteger tanto los datos que almacena como la integridad de la red de la que es partícipe. Implementar medidas de seguridad robustas, como cifrado de extremo a extremo, autenticación de doble factor y actualizaciones regulares de seguridad, se convierte así en un proceso prácticamente obligatorio.

Por otro lado, salvaguardar la gran cantidad de datos generados por el sistema IoT precisa también de una gestión eficiente a la altura de la información que maneja. Consecuentemente, las empresas deben establecer estrategias para el almacenamiento, procesamiento y análisis de datos. Las soluciones de almacenamiento en la nube, la analítica de datos avanzada y las herramientas de inteligencia artificial pueden ayudar a las empresas a extraer conocimientos valiosos de los datos IoT, lo que puede impulsar la toma de decisiones informadas. Para evitar problemas de compatibilidad, una compañía debe cerciorarse de que los dispositivos y plataformas escogidos cumplan con estándares reconocidos.

Todas estas claves anteriormente expuestas precisan de un añadido indispensable en la era digital: la continua actualización. Las evaluaciones periódicas de todo lo que una empresa haya montado en materia de IoT son absolutamente indispensables para evitar que un entorno activo y seguro pase a ser un sistema caduco. Para reforzarlas, los propios empleados han de estar al día de la naturaleza interconectada de su propia organización y de cómo funcionan exactamente los dispositivos con funciones de conectividad. El Centro de Excelencia debería poder hacer un seguimiento del estado de las áreas impactadas por las innovaciones IoT para así comprender su estado actual y, si es necesario, aplicar las correcciones pertinentes.

Aunque la perspectiva de adoptar un modelo IoT pueda resultar desafiante, lo cierto es que cualquier compañía tiene mucho que ganar al hacerlo. No es solo una cuestión de impulsar la eficiencia y la productividad, sino que también se trata de transformar la manera en que una entidad opera y se relaciona con su entorno, allanando el camino hacia un futuro empresarial más inteligente y conectado.

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